FELICIDAD ORGANIZACIONAL PARTE 3: ¿QUÉ FELICIDAD VALORAN MÁS LOS COLABORADORES?

Entrar en el mundo corporativo es como entrar en un campo minado de emociones y expectativas. Lo que los colaboradores buscan en términos de felicidad es una pregunta que, aunque parezca simple, está llena de complejidad. Imagina un viaje por el mundo de las organizaciones, donde cada individuo es un universo de experiencias, valores y aspiraciones. En este escenario, la búsqueda de la felicidad en el trabajo se convierte en un desafío interminable.

Hoy quiero profundizar en la comprensión de que la búsqueda de la felicidad en el trabajo es una cuestión llena de complejidad, donde cada colaborador representa un mundo único de experiencias, valores y aspiraciones. En este texto, exploraremos la complejidad de la felicidad en el entorno laboral y el papel crucial del Chief Happiness Officer (CHO) en esta jornada. A lo largo de este artículo, nos adentraremos en dos perspectivas fundamentales: “Ser Feliz En Tu Vida” y “Ser Feliz Sobre Tu Vida”, destacando cómo estas visiones se entrelazan e influyen en la búsqueda de la felicidad de los colaboradores. Además, examinaremos las elecciones de felicidad a corto y largo plazo, así como la influencia cultural en estas decisiones. Reflexionaremos sobre la importancia de la cultura y el clima organizacional en la promoción del bienestar de los colaboradores y discutiremos el papel del CHO en la creación de un entorno propicio para el florecimiento. Al final de este texto, será evidente que la búsqueda de la felicidad en el trabajo es una jornada llena de matices, que merece un análisis minucioso y continuo, con el énfasis en el bienestar sostenible como objetivo central.

Para ello, recordemos el ejemplo práctico de la empresa mencionada en la “parte 2, publicada anteriormente”. Esta invirtió mucho en programas de bienestar, creyendo que al proporcionar servicios como gimnasios, espacios de relajación y entrenamiento de mindfulness, garantizaría la felicidad de sus colaboradores. Sin embargo, a pesar de todas estas iniciativas, la empresa se enfrenta a niveles de compromiso estancados y una alta rotación de empleados. ¿Qué salió mal?

Como se mencionó en las partes anteriores de esta serie de artículos, la felicidad no es algo que pueda encajarse fácilmente en hojas de cálculo o medirse con precisión a través de números y gráficos. Es un estado subjetivo profundamente arraigado en nuestras experiencias personales, influido por una miríada de factores, desde las relaciones interpersonales hasta el sentido de propósito y realización. Por eso, al preguntar a los colaboradores sobre sus percepciones de felicidad en el entorno laboral, nos encontramos con una diversidad de respuestas. Cada individuo trae consigo sus propias experiencias, valores, objetivos y aspiraciones, lo que hace virtualmente imposible catalogar todas esas respuestas en una única definición de felicidad.

El Dilema: “Ser Feliz En Tu Vida” o “Ser Feliz Sobre Tu Vida”

En este punto, quiero recurrir a la provocación de Daniel Kahneman: “Ser Feliz En Tu Vida” o “Ser Feliz Sobre Tu Vida”. Aunque, a primera vista, estas dos perspectivas puedan parecer intercambiables y a menudo confundidas, la profundidad de sus implicaciones nos lleva a un territorio de reflexión y discernimiento. No nos referimos a la felicidad que se siente en una barbacoa con amigos de la universidad o a la satisfacción de completar un proyecto desafiante; estamos explorando la búsqueda de una felicidad que trasciende el momento efímero y se extiende a lo largo de la jornada.

Lo que pretendo ayudar a entender aquí es que “Ser Feliz En Tu Vida” o “Ser Feliz Sobre Tu Vida” no siempre van de la mano y cada CHO debe buscar encontrar herramientas conductuales para encontrar esta convergencia. En otras palabras, más allá del sentido de la felicidad, está para el entorno saludable la perspectiva de incentivar en el colaborador el reconocimiento de sus propios valores. En otras palabras, al mismo tiempo que los CHO han intentado durante mucho tiempo entender qué tipo de felicidad deben promover en las empresas, casi nunca preguntan qué versión de felicidad buscan los colaboradores. Si deseamos encontrar formas de fomentar la felicidad en los colaboradores, tal vez sea más fácil intentar comprender cuál de ellas realmente queremos.

Las Elecciones de Felicidad: Corto Plazo vs. Largo Plazo

Hay algunos estudios muy interesantes sobre este tema que merecen destacarse en el contexto de las empresas en el mundo. Es posible percibir que, entre los miles de profesionales investigados, con edades entre 21 y 65 años, hay una similitud en cuanto a la elección que harían entre la felicidad vivida y la felicidad experimentada (historia de vida). Una de las conclusiones es que las elecciones variaban según el período vivido que recordaban y de acuerdo con la cultura.

Por ejemplo, para los profesionales estadounidenses, la felicidad que deseaban para el día siguiente era diferente de la que dijeron desear para el resto de sus vidas, aunque destacaban que el día siguiente forma parte de la vida. Lo más interesante es que, al observar que las personas toman decisiones hora tras hora, tienden a vivir diferentes tipos de felicidad de la que desean para toda la vida y, con ello, se alejan cada vez más de la propia felicidad buscada.

El Dilema de la Elección: Vivir el Presente o Planificar el Futuro

En un estudio realizado con empresas estadounidenses, se pidió a los colaboradores de diferentes niveles jerárquicos que eligieran entre la felicidad vivida (“el momento en que sientes la felicidad”) y la felicidad experimentada (“cuando recuerdas momentos en la vida y te sientes feliz”) — ya sea por un período más largo (para toda la vida o el próximo año) o por un período más corto (el día o la hora siguiente). Los resultados mostraron que la mayoría prefería la felicidad vivida al elegir para toda la vida (82%) o el próximo año (69%). En cambio, hubo un empate técnico entre los participantes que eligieron tanto la felicidad vivida como la felicidad experimentada cuando se les preguntó qué les gustaría tener en la siguiente hora. Tales resultados no se vieron influenciados por cuestiones como cargo, edad, ingresos familiares, estado civil o si tienen hijos o no.

La Influencia Cultural en las Elecciones de Felicidad

En este estudio, después de informar sus elecciones, se les pidió que escribieran en pocas líneas el motivo de la elección. Para quienes eligieron la felicidad vivida, el motivo más convergente es que adoptan una ideología de vivir el presente, ya que para ellos el momento presente es más importante, dado que el futuro es incierto y la vida es corta. Por otro lado, las explicaciones dadas por quienes eligieron la felicidad experimentada variaban entre el deseo de tener una felicidad más significativa y duradera, y el sentimiento de construir una vida de buenos recuerdos que motive, para sentirse útiles, comprometidos, productivos y orgullosos de lo que hacen.
En este mismo estudio se hizo una nueva provocación donde las personas se volvieron más reflexivas cuando tuvieron que pensar en períodos más largos, como la vida hasta su jubilación. En ese momento, la gran mayoría respondió que desearían vivir la felicidad del momento. Pero lo que llamó más la atención fue que, al pensar en el día o en la hora siguiente, quedó claro que una “ética” predominó en la mayoría de las personas, lo que llevó a estos trabajadores investigados a querer dejar de lado los momentos de felicidad y dar más atención y valor al trabajo actual con el fin de, en el futuro, poder mirar atrás y sentirse orgullosos de su propia trayectoria.

Lecciones para el CHO y Reflexiones para Todos

En esta parte de la investigación, vale la pena hacer una observación para el CHO, ya que esa idea de posponer la felicidad es necesaria, lógico, durante ciertos momentos de la vida. Sin embargo, convertir esto en una estrategia para la vida, ya sea personal o profesional, tiende a llevar a la imposibilidad de percibir oportunidades en el presente que también son importantes para la vida y que merecen ser apreciadas. Tales momentos, si se descartan, se transforman y, con el tiempo, uno se da cuenta de que no saber reconocer sus propios sentimientos también es un estado de infelicidad.
Este estudio citado fue presentado desde diversas perspectivas y con robustez para evitar distorsiones en los resultados. Por ejemplo, se tuvo en cuenta que los participantes recibieran definiciones variadas de felicidad experimentada para verificar si alguna peculiaridad estaba manipulando el resultado. También se consideró la perspectiva de los momentos que los participantes estaban considerando (“una hora hoy” versus “una hora al final de la vida”) para verificar si la inminencia o incluso la impaciencia estaba interfiriendo en las elecciones. El hecho es que, al considerar la vida, estos trabajadores eligieron la experiencia vivida, mientras que, cuando se trataba de la hora siguiente, la mitad de ellos eligió la felicidad experimentada.

La Influencia de la Cultura en las Elecciones de Felicidad

Otro punto muy importante es que ampliaron la investigación a otras culturas. Bajo la misma perspectiva —entre la felicidad vivida y la felicidad experimentada—, se entrevistó a casi 500 personas en otros países europeos y el mismo número en países orientales, como China y Japón. Al igual que los estadounidenses, al elegir la felicidad para la vida, la mayoría de los trabajadores europeos (69%) prefirieron la felicidad vivida sobre la felicidad experimentada; sin embargo, al elegir la felicidad para la hora siguiente, el sentido ético también surgió con mucha más evidencia, con la mayoría (65%) optando por la felicidad experimentada. En contraste, los orientales preferían que la felicidad se extendiera durante décadas. La mayoría de los orientales prefirieron elegir la felicidad vivida sobre la felicidad experimentada, independientemente de si la elección era para toda la vida (89%) o para la hora siguiente (80%). Se cree que los orientales tienen más convicción al elegir la experiencia vivida debido a su largo historial cultural-religioso, tan presente en estos países, que enseña el valor de la meditación y la apreciación del momento presente.

La Versatilidad de las Elecciones de Felicidad

El hecho es que las respuestas dependían de si las personas elegían los pequeños momentos de la vida o la vida en su conjunto, y de su lugar de origen. Aunque la búsqueda de la felicidad es tan esencial que se la llama un derecho inalienable, el tipo de felicidad que la gente elige es y siempre será sorprendentemente maleable.
El hecho es que la búsqueda de la felicidad en el entorno laboral es un desafío complejo y multifacético, reflejando la diversidad de las personas y sus culturas. La percepción de la felicidad varía entre individuos, influenciada por factores como valores personales, perspectivas culturales y la duración del horizonte temporal. Sin embargo, la clave del éxito en el entorno corporativo radica en reconocer que estas perspectivas no son mutuamente excluyentes. Pueden integrarse de manera que se cree un entorno saludable y motivador. En lugar de imponer una única definición de felicidad, crear un entorno que valore e integre ambas perspectivas es fundamental.
Reflexiones sobre la Complejidad de la Felicidad en el Trabajo y el Rol del CHO
Actuar como Chief Happiness Officer (CHO) es adentrarse en un laberinto emocional y sentimental del mundo organizacional. La búsqueda de la felicidad de los colaboradores es un viaje que nos desafía a explorar las profundidades de las experiencias humanas, un enigma plural que merece un análisis minucioso. En otras palabras, quiero que te imagines en un mundo organizacional donde cada individuo es un universo único de experiencias, valores y aspiraciones. En este escenario, la búsqueda de la felicidad en el trabajo se convierte en un viaje lleno de misterios, una búsqueda que nos lleva por caminos sinuosos y desafía nuestra comprensión.
Como se mencionó anteriormente en esta serie de artículos, la felicidad no puede atraparse en hojas de cálculo ni medirse con números, y está lejos de ser explicada o definida. Es una experiencia profundamente personal, enraizada en una red de factores que van desde relaciones interpersonales hasta un sentido de propósito y realización. Por lo tanto, cuando preguntamos a los colaboradores sobre su percepción de la felicidad en el entorno laboral, nos encontramos con una rica maraña de respuestas, cada una reflejando la singularidad de sus experiencias.
Reflexionemos sobre el ejemplo de la empresa mencionada anteriormente, que invirtió fuertemente en programas de bienestar con la esperanza de asegurar la felicidad de sus empleados. A pesar de sus esfuerzos, la empresa se enfrentó a un dilema: niveles de compromiso estancados y una alta rotación de personal. Pregunto nuevamente: ¿Qué salió mal?
Si crees que existe una respuesta simple y universal para la búsqueda de la felicidad en el entorno laboral, estás completamente equivocado. La complejidad de la felicidad en el contexto organizacional trasciende la idea de una fórmula preestablecida o un atajo hacia la plena satisfacción. Es un viaje intrincado, profundamente arraigado en perspectivas individuales e influenciado por las sutilezas culturales que dan forma a la identidad de la empresa. En las organizaciones, la felicidad no es un fenómeno aislado, sino un reflejo de la cultura organizacional que impregna su realidad. Está entrelazada con las actitudes y valores que se extienden desde el nivel ejecutivo más alto hasta los líderes en los niveles más básicos de la empresa. La felicidad en el trabajo tiene que ver con valorar a cada colaborador, reconocer sus contribuciones y proporcionar un sentido de pertenencia genuino.
En este sentido, es importante comprender la diferencia entre la énfasis en la felicidad y la énfasis en el bienestar, lo cual es crucial para explorar profundamente las complejidades del entorno laboral y las experiencias individuales. Es probable que la empresa mencionada haya fallado en este aspecto. Estas dos perspectivas ofrecen enfoques distintos, pero interconectados, para la búsqueda de una vida más significativa y realizada.
En el caso de la empresa mencionada, queda claro que el énfasis en la felicidad a menudo se centra en la búsqueda de emociones positivas, momentos de alegría y satisfacción inmediata. Es una perspectiva que valora la gratificación instantánea, la maximización de experiencias placenteras y la minimización del malestar. Es como perseguir la sensación de felicidad que surge al saborear una comida deliciosa, pasar tiempo con amigos queridos o alcanzar un objetivo personal. Sin embargo, según lo que he observado, este enfoque tiene sus limitaciones. Ignoró la importancia del equilibrio a largo plazo y del cultivo de un sentido más profundo de significado y propósito en la vida. La búsqueda incesante de la felicidad momentánea puede, a veces, llevar a elecciones impulsivas o a evitar situaciones desafiantes que, a largo plazo, pueden ser beneficiosas para el crecimiento personal.
Por otro lado, el énfasis en el bienestar es una perspectiva más holística y amplia. Reconoce que el bienestar no se limita solo a la búsqueda de la felicidad momentánea, sino que implica cuidar de todos los aspectos de la vida, incluyendo la salud física, emocional, mental y social. Es un enfoque que considera el equilibrio como algo fundamental. El bienestar incluye cuidar la salud mental, adoptar un estilo de vida saludable, invertir en el autodesarrollo y construir relaciones significativas. Implica reconocer que la vida es un viaje que abarca tanto momentos de felicidad como desafíos y adversidades. Desarrollar la resiliencia emocional y la capacidad de enfrentar esos desafíos es una parte esencial del bienestar.
Una de las principales diferencias entre el énfasis en la felicidad y el énfasis en el bienestar es que este último considera el sentido de propósito y realización como elementos fundamentales. Esto significa que el bienestar va más allá de la búsqueda de emociones positivas en el momento presente y se extiende al cultivo de una vida que tenga significado y contribuya a un propósito mayor. Integrar ambas perspectivas puede ser altamente beneficioso. Esto implica reconocer la importancia de la felicidad momentánea, pero también invertir en el desarrollo de recursos internos que fomenten la resiliencia y la capacidad de enfrentar desafíos. Significa buscar un equilibrio entre la búsqueda de la gratificación inmediata y el cultivo de un propósito más profundo.
Para las empresas, esto se traduce en crear entornos laborales que promuevan el sentido de pertenencia tanto como el bienestar de los empleados. Esto puede incluir programas de bienestar, apoyo a la salud mental, oportunidades de aprendizaje y desarrollo, y la promoción de una cultura que valore tanto la felicidad en el momento como el crecimiento a largo plazo.
Quiero que entiendas que la integración de estas perspectivas puede llevar a una vida más rica (del Ser), equilibrada y significativa, donde la búsqueda de la felicidad no es el foco y pasa a ser solo un complemento en el desarrollo de un bienestar sostenible. Es un viaje que reconoce la complejidad de las experiencias humanas y busca crear un entorno donde las personas puedan recorrer su propio camino hacia la realización personal y el florecimiento.
Por eso, los entornos de trabajo saludables están intrínsecamente relacionados con la colaboración y el respeto por la singularidad de cada individuo en un ambiente verdaderamente diverso. La integridad desempeña un papel vital, ya que la confianza mutua es el cimiento sobre el cual se construyen las relaciones saludables. Es importante reconocer que la búsqueda de la felicidad en el trabajo no se limita a una perspectiva única. Implica una diferenciación clara y objetiva entre “Ser Feliz En Tu Vida” y “Ser Feliz Sobre Tu Vida”. Aunque estas perspectivas puedan parecer intercambiables, como ya se ha visto, traen consigo implicaciones profundas y distintas.
Vale la pena recordar que “Ser Feliz En Tu Vida” se refiere a la búsqueda de la felicidad en el momento presente, valorando las experiencias cotidianas y la satisfacción inmediata. Por otro lado, “Ser Feliz Sobre Tu Vida” abarca una búsqueda más amplia, que se extiende a lo largo de la trayectoria profesional, incorporando un sentido de propósito, realización y contribución significativa. Comprender e integrar ambas perspectivas es esencial para crear un entorno de trabajo saludable y motivador. Esto significa que las empresas deben promover una cultura que permita a los empleados buscar la felicidad en el día a día, al mismo tiempo que los anima a considerar el significado de sus contribuciones a largo plazo.
En conclusión, la felicidad en el lugar de trabajo no es un destino final, sino un viaje continuo. Está moldeada por la compleja interacción entre valores, relaciones humanas, cultura organizacional, liderazgo y gestión. Por lo tanto, los Chief Happiness Officers (CHOs) juegan un papel crucial al liderar este viaje, creando un entorno donde las personas puedan recorrer su propio camino en la búsqueda de su singularidad en el trabajo, contribuyendo así al éxito duradero de la organización. Sin embargo, esto no significa que la responsabilidad de promover la felicidad y el bienestar de los empleados deba recaer únicamente en el CHO o solo en los niveles de liderazgo, muy por el contrario.
Comprende, por tanto, que el CHO desempeña un papel fundamental en la integración de estas perspectivas. Más que imponer un modelo para la búsqueda de la felicidad, el CHO debe fomentar un entorno en el que los empleados puedan explorar y expresar sus propias versiones de bienestar. Esto requiere una comprensión profunda de las elecciones que cada uno tiene a corto y largo plazo, así como la influencia cultural sobre esas elecciones, pero, al mismo tiempo, todos son partes interesadas en este viaje.
Recordando el estudio presentado, se preguntó a profesionales de diferentes culturas sobre sus elecciones de felicidad. Los resultados revelaron una complejidad sorprendente. Los estadounidenses a menudo priorizaban la felicidad del momento, mientras que otros preferían una felicidad más duradera y significativa. Estas elecciones variaban según la cultura, pero también según las perspectivas a corto y largo plazo.
Además, la investigación mostró que las personas tienden a posponer la felicidad en favor de metas futuras. Aunque esto sea necesario en ciertos momentos de la vida, es vital reconocer que postergar la felicidad de forma crónica puede hacernos perder oportunidades importantes que también son fuentes de alegría y realización. Estas reflexiones nos recuerdan que la búsqueda de la felicidad en el trabajo es un desafío intrincado y multifacético, que refleja la diversidad de personas y culturas. La clave del éxito radica en reconocer que estas perspectivas no son mutuamente excluyentes. Pueden integrarse para crear un entorno saludable y motivador.
En este contexto, el CHO debe promover una cultura de flexibilidad, reconociendo que cada empleado es único y tiene sus propias necesidades y aspiraciones. Fomenta la comunicación abierta y apoya el equilibrio entre las demandas profesionales y personales. Después de todo lo que hemos visto hasta ahora, debe quedar claro que la búsqueda de la felicidad en el trabajo es lo que menos importa. Lo que quiero dejar claro es que los empleados deben verse a sí mismos como parte de un viaje dinámico de clima organizacional saludable que evoluciona con el tiempo. El CHO desempeña un papel fundamental en la construcción de un entorno laboral donde el enfoque esté en una misión genuina y significativa. Al fin y al cabo, la felicidad en el lugar de trabajo trasciende los eslóganes motivacionales y las sonrisas superficiales. Es una búsqueda que nos desafía a comprender las complejidades de las experiencias humanas y los valores profundos. Por lo tanto, el CHO es el guía en este viaje, fomentando un entorno donde las personas puedan seguir su propio camino en la búsqueda de su singularidad en el trabajo, reconociendo que esto es más que un ideal corporativo, es una verdadera búsqueda de bienestar y realización personal.
Comprender el impacto de la felicidad en las empresas es un viaje que nos lleva a través de una serie de cuestiones complejas, interconectadas y profundas. Adentrarse en el mundo corporativo es como aventurarse en un territorio multifacético, donde cada colaborador es un universo de experiencias, valores y aspiraciones. Por eso la cultura organizacional nunca puede ser olvidada. Es el pilar principal de este viaje y desempeña un papel fundamental. Moldea no solo la identidad de la empresa, sino también lo que cada colaborador puede esperar de ella. Una cultura que promueve la transparencia, la comunicación abierta y el respeto mutuo crea un terreno fértil para que la felicidad florezca. Sin embargo, cuando la cultura está permeada por jerarquías rígidas y falta de inclusión, la felicidad solo servirá para generar un ambiente aún más tóxico.
Por eso el clima organizacional, un reflejo momentáneo de la cultura, también entra en escena. Se manifiesta en las actitudes y la satisfacción de los colaboradores. Un clima positivo, caracterizado por la confianza y la cooperación, contribuye a la felicidad en el trabajo. Por otro lado, un clima tóxico, marcado por conflictos constantes, socava la felicidad.
La libertad emocional y la inteligencia emocional son habilidades esenciales en este viaje. Cuando los colaboradores se sienten libres para expresar sus emociones y desarrollan la capacidad de gestionarlas, esto fortalece su felicidad en el trabajo. Además, las relaciones humanas desempeñan un papel crucial. Conexiones auténticas y positivas con colegas crean un sentido de pertenencia y apoyo, nutriendo lo mejor de cada uno.
Ahora, intentar imponer una falsa felicidad, ignorando los problemas o necesidades de los colaboradores, crea relaciones que socavan la confianza. La liderazgo y la gestión desempeñan papeles críticos en la promoción de este ambiente. Líderes que demuestran empatía y habilidades de inteligencia emocional tienen un impacto directo en la felicidad de los colaboradores.
Al concluir esta reflexión de hoy sobre “¿Qué tipo de felicidad valoran más los colaboradores?” debe quedar claro que hay una complejidad en la felicidad en el lugar de trabajo y el papel fundamental del Chief Happiness Officer (CHO) se vuelve evidente. La búsqueda de la felicidad es un viaje secundario en comparación con toda la complejidad que forma el bienestar de sus colaboradores, moldeada por perspectivas individuales y culturales. Además, implica la diferenciación entre “Ser Feliz en Tu Vida” y “Ser Feliz sobre Tu Vida”, dos perspectivas que pueden parecer intercambiables pero que traen implicaciones profundas.
El bienestar abarca no solo la felicidad momentánea, sino también la sensación de propósito, significado y realización, y trae consigo la sensación continua de que el camino perseguido tiene sentido y valor. Por lo tanto, las empresas que priorizan el bienestar de sus colaboradores, permitiéndoles participar en actividades significativas, identificarse con la organización y sentirse parte de algo más grande, tienen más probabilidades de crear entornos de trabajo donde el bienestar sea una parte intrínseca del ADN organizacional.
Este enfoque no solo promueve el bienestar a corto plazo, sino que también contribuye a la construcción de una cultura organizacional sólida y sostenible. Reconoce la importancia de crear un ambiente donde los colaboradores se sientan valorados, respetados y parte de algo significativo. Así, la búsqueda de la felicidad en el trabajo se convierte en una misión genuina y significativa que realmente tiene sentido, donde el CHO desempeña un papel fundamental en la construcción de un ambiente de trabajo donde las personas puedan trazar su propio camino en busca de su singularidad en el trabajo. Esto va más allá de eslóganes motivacionales y sonrisas superficiales; es una búsqueda de bienestar, realización personal y un propósito que trasciende la vida corporativa cotidiana.

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Hola, soy Marcello de Souza. Comencé mi carrera en 1997 como líder y gerente en una gran empresa del mercado de TI y Telecomunicaciones. Desde entonces, he participado en proyectos importantes de estructuración, implementación y optimización de redes de telecomunicaciones en Brasil. Inquieto y apasionado por la psicología del comportamiento y social. En 2008, decidí sumergirme en el universo de la mente humana.
Desde entonces, me convertí en un profesional apasionado por descifrar los secretos del comportamiento humano y catalizar cambios positivos en individuos y organizaciones. Doctor en Psicología Social, con más de 25 años de experiencia en Desarrollo Cognitivo Conductual y Organizacional Humano. Con una carrera diversificada, destaco mi papel como:
• Master Sénior Coach y Trainer: Guiando a mis clientes en la búsqueda de metas y desarrollo personal y profesional, logrando resultados extraordinarios.
• Chief Happiness Officer (CHO): Fomentando una cultura organizacional de felicidad y bienestar, impulsando la productividad y el compromiso de los empleados.
• Especialista en Desarrollo del Lenguaje y Comportamiento: Mejorando las habilidades de comunicación y autoconciencia, capacitando a las personas para enfrentar desafíos con resiliencia.
• Terapeuta Cognitivo Conductual: Utilizando la terapia cognitivo-conductual de vanguardia para ayudar a superar obstáculos y lograr una mente equilibrada.
• Constelación Psíquica Sistémica Familiar y Organizacional: Basada en las leyes sistémicas y psíquicas del comportamiento que rigen nuestros afectos, esta práctica ofrece una visión profunda de las influencias ancestrales que moldean nuestro viaje.
• Hipnoterapeuta: Basada en la interacción entre la mente y las metáforas, la Hipnoterapia ayuda a superar obstáculos, patrones no deseados y promueve la autodescubrimiento.
• Conferencista, Profesor, Escritor e Investigador: Compartiendo conocimientos valiosos e ideas en eventos, capacitaciones y publicaciones para inspirar cambios positivos.
• Consultor y Mentor: Aprovechando mi experiencia en liderazgo y gestión de proyectos para identificar oportunidades de crecimiento y proponer estrategias personalizadas.

Mi sólida formación académica incluye cuatro postgrados y un doctorado en Psicología Social, junto con certificaciones internacionales en Gestión, Liderazgo y Desarrollo Cognitivo Conductual. Mis contribuciones en el campo son ampliamente reconocidas en cientos de clases, sesiones de entrenamiento, conferencias y artículos publicados.
Coautor del libro “El Secreto del Coaching” y autor de “El Mapa No es el Territorio, el Territorio Eres Tú” y “La Sociedad de la Dieta” (el primero de una trilogía sobre el comportamiento humano en la contemporaneidad – 05/2024).
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